miércoles, 18 de marzo de 2009

Mototaxistas Now¡



Yo no sé de dónde salió aquella forma de protestar que incita a ajenos ciudadanos intimidados por la turba a plegarse a sus tropelías [!!!por culpa de mirones, el pueblo está jodido...¡¡¡]. ¿De cuando acá tenemos que ser partícipes de sus afiebrados reclamos? Sospecho que es una muy mala costumbre el involucrar en sus exigencias a personas que nada tienen que ver en sus reclamos que desde todo punto de vista es chantajista y anárquico. Protestan los mototaxistas y los perjudicados somos todos, no por que el servicio de transporte de mototaxi esté paralizado, sino por que a los señores no se les ha ocurrido mejor idea que bloquear las estrechas calles de nuestra Huamanga Señorial y como consecuencia congestionar aún más el deficiente sistema de interconexión local.
Una medida de protesta que se cae de madura y poco a poco nos va interiorizando la necesidad de ordenarlos, capacitarlos, zonificarlos y ubicarlos; sí u-b-i-c-a-r-l-o-s, en toda la extensión de la palabra; queda demostrado con la paralización, que sin la presencia de las benditas mototaxis el tráfico en la ciudad es más fluído, menos caótico y reducida la contaminación auditiva y visual a niveles de un domingo cualquiera. Es inconcebible que por el derecho al trabajo de unos cuantos, toda la ciudad se vea saturada densamente de desvencijados vehículos menores conducidos por atrevidos jovenzuelos que de reglas de tránsito saben tanto como de higiene y normas de convivencia. Veo un sondeo rapidísimo de un programa noticioso local y de las 10 personas sondeadas, todas están de acuerdo en zonificarlos e impedirles que circulen por la zona colonial y monumental.
Considero que es momento ya de ordenarnos y lavarle la cara a nuestra noble y leal ciudad (así con minúsculas), sé que aprovechándose de las demandas de aquellos mototaxistas aparecerán los políticos de siempre y los que tentarán otro nuevo periodo, ofreciendo reivindicaciones con afanes electoreros, polarizando aún más el espectro político local. Frente a este panorama, nada mejor que como vecinos invocar a quienes dirigen y nos representan como autoridades hagan cumplir las ordenanzas.
Que se entienda que no se trata de dejarlos si su medio de sustento económico, pero que también nos entiendan que vivimos en un mundo civilizado jurídica y normativamente ordenados, lo cual implica acatar las disposiciones municipales y sobre todo vivir en armonía y respetando al prójimo.
Cada vez que llegan amigos cercanos y familiares a Huamanga siempre coinciden en señalar que lo más triste que tenemos son las mototaxis, han proliferado en toda la ciudad; son de aquellos que no creen ni en su madre, se estacionan en la misma línea señalizada como crucero peatonal ¿y el peatón? Al diablo con el peatón; dan vueltas en U en cualquier avenida, te cobran lo que se les antoja y si por casualidad necesitas desplazarte una distancia mayor, sencillamente no quieren brindarte el servicio y lo peor cualquier imberbe mozalbete conduce aquel armatoste y mejor ni reclamarle porque enseguida te escupen una mentada de madre. Un lamentable reconocimiento, que cueste lo que cueste debemos revertirlo.

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