"La única puta pregunta que hay que estar listos para responder en este gran festival de los monotemáticos es: ¿Eres hincha de la U o del Alianza? ¡Y pobre de tí si no eres de ninguno de los dos! Házte ver, anormal, enfermo, escoria social, marciano de mierda".
Beto Ortiz, dixit

Fotografía: Diario Correo
Y un día llegó… con toda su pomposidad, despliegue periodístico y a recinto lleno. Aquella pasión que nos aturde, nos induce a soñar a olvidar nuestras tragedias y frustraciones; y continuamente empezar a escribir nuestra ilusionada historia deportiva. Esto es lo que hace apasionante este deporte, pasar de la defraudación colectiva a la renovada esperanza [pese a que futbolísticamente hablando jamás fuimos gran cosa, siempre nos consolamos con el ‘pudo ser’, ‘si no fuera por el árbitro’ entre otras justificaciones absurdas; con excepción de Cienciano que campeonó un torneo disputado por clubes que ocuparon los terceros puestos en sus respectivas ligas, pero mérito al fin]
Nunca antes en la historia futbolera de nuestra región se había logrado tal hazaña, tener fútbol de primera (división quiero decir) -es un privilegio que no todas las regiones tienen- y ahora es una realidad, al margen de muchos como el expectorado “Kukín” opinan, que es una estrategia del presidente del club para por segunda vez aventurarse en sus apetitos políticos. Pero este ya es otro tema. Lo más cerca que estuvimos de ascender al fútbol rentado fue en la década de los 80 cuando Magdalena y luego Ateneo de Huanta llegaron a disputar la Copa Perú en el viejo estadio Nacional, por esas épocas la fase semifinal de dichoso campeonato del ‘fútbol macho’ estaba reservado sólo para los seguidores afincados en la capital.
Es mediodía y ni el abrasador calor me impide que sea parte del espectáculo, las tribunas están zonificadas, son nuevos los jugadores, nuevas las medidas de seguridad adoptadas, nuevos los barristas, nuevos los recogebolas, nuevos los equipos que están al frente… creo que lo único viejo y conocido son los periodistas locales –hubo hasta alguno que se caracteriza por hacer programas políticos, se han contagiado de la euforia pelotera- que premunidos de cámaras caseras corrían detrás los protagonistas. Y llega el primer gol de la visita… enmudece todo el estadio. Empiezo a sudar frío y encomendarme a todos los santos, habida cuenta que el rival es un equipo curtido en estas lides y sabe manejar resultados de vista.
La barra oficial ubicada en la tribuna norte, no deja de alentar con cánticos pirateados de los equipos de la capital, no me imagino que irá a suceder cuando venga Alianza Lima o Universitario de Deportes; enfrente una banda musical ameniza el encuentro con unas marineritas norteñas, tan propias como nuestro pan chapla. Se reanuda el encuentro, el tiempo sigue su curso (la frasecita de RPP) y llega el empate; de la mano, -mejor dicho- de los pies del ex aliancista Benavides, !!!gol...¡¡¡¡ !!!gol...¡¡¡¡!!!gooooool...¡¡¡¡ y todos como autómatas nos levantamos a celebrar y quebrar la angustia, !!...golazo señoras y señores...¡¡ a la postre mejor anotación de la fecha.
Ahora cada domingo, después de la misa, será diferente… en realidad, una gran novedad, me comenta Rafa “que la gente todavía no asimila que ya estamos en la profesional” otros más despistados opinan “que ojalá ese gol del Bolognesi ya no valga doble, para cuando a la próxima semana juguemos allá no nos dejen otra vez fuera de carrera”. Todo un suceso en el fútbol nuestro de cada día…
Nunca antes en la historia futbolera de nuestra región se había logrado tal hazaña, tener fútbol de primera (división quiero decir) -es un privilegio que no todas las regiones tienen- y ahora es una realidad, al margen de muchos como el expectorado “Kukín” opinan, que es una estrategia del presidente del club para por segunda vez aventurarse en sus apetitos políticos. Pero este ya es otro tema. Lo más cerca que estuvimos de ascender al fútbol rentado fue en la década de los 80 cuando Magdalena y luego Ateneo de Huanta llegaron a disputar la Copa Perú en el viejo estadio Nacional, por esas épocas la fase semifinal de dichoso campeonato del ‘fútbol macho’ estaba reservado sólo para los seguidores afincados en la capital.
Es mediodía y ni el abrasador calor me impide que sea parte del espectáculo, las tribunas están zonificadas, son nuevos los jugadores, nuevas las medidas de seguridad adoptadas, nuevos los barristas, nuevos los recogebolas, nuevos los equipos que están al frente… creo que lo único viejo y conocido son los periodistas locales –hubo hasta alguno que se caracteriza por hacer programas políticos, se han contagiado de la euforia pelotera- que premunidos de cámaras caseras corrían detrás los protagonistas. Y llega el primer gol de la visita… enmudece todo el estadio. Empiezo a sudar frío y encomendarme a todos los santos, habida cuenta que el rival es un equipo curtido en estas lides y sabe manejar resultados de vista.
La barra oficial ubicada en la tribuna norte, no deja de alentar con cánticos pirateados de los equipos de la capital, no me imagino que irá a suceder cuando venga Alianza Lima o Universitario de Deportes; enfrente una banda musical ameniza el encuentro con unas marineritas norteñas, tan propias como nuestro pan chapla. Se reanuda el encuentro, el tiempo sigue su curso (la frasecita de RPP) y llega el empate; de la mano, -mejor dicho- de los pies del ex aliancista Benavides, !!!gol...¡¡¡¡ !!!gol...¡¡¡¡!!!gooooool...¡¡¡¡ y todos como autómatas nos levantamos a celebrar y quebrar la angustia, !!...golazo señoras y señores...¡¡ a la postre mejor anotación de la fecha.
Ahora cada domingo, después de la misa, será diferente… en realidad, una gran novedad, me comenta Rafa “que la gente todavía no asimila que ya estamos en la profesional” otros más despistados opinan “que ojalá ese gol del Bolognesi ya no valga doble, para cuando a la próxima semana juguemos allá no nos dejen otra vez fuera de carrera”. Todo un suceso en el fútbol nuestro de cada día…
Aviso eclesial: Hoy cumple años el siempre bien informado y ameno Rafaelito. Saludos "Príncipe Carlos"
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