
Llegó diciembre con todo su esplendor y rimbombancia de las fiestas de fin de año, de pronto veo la publicidad local en la TV y algo ha debido cambiar o quizá nunca lo percibí, dada mi estrechez mental; todos los anunciantes ofrecen que por la compra de su producto, éste ayudará a sonreír a un niño. Vaya acto de caridad.
Muchos se empeñan en otorgarles una navidad inolvidable a “nuestros hermanos” regalando baratijas. Otros más avezados venden rifas “pro navidad del niño” y al final nunca se sabe si efectivamente el beneficio fue para los niños.
Seguro dirán que soy un aguafiestas, un resentido; es que no quepa en mi cabeza acordarse de ellos [nuestros hermanos] sólo en estas fechas ¿y los otros 364 días? ¿Porqué utilizarlos para nuestros mezquinos afanes publicitarios…?
De pronto una ola de sensibilidad y amor al prójimo nos invade, en todos lados vemos anuncios que dicen: es tiempo de paz, es tiempo de amor, es tiempo de compartir… es Navidad.
Hay de aquellos que van a ofrecer show de bailarinas con diminutos trajes, en la que estoy seguro los que más vamos a disfrutar somos los mayores. Algunos anónimamente ofrecerán chocolatada en los barrios alejados, a ellos mi homenaje y respetos, obviamente bendiciones para todas sus familias.
En medio de esta batahola, surge una pregunta: ¿qué pasaría si toda nuestra energía y recursos la juntáramos para mejorar nosotros como sociedad, como ciudadanos y como personas? No creen que podríamos de alguna u otra manera reducir la brecha social existente y no acordarnos de los que nos necesitan sólo en fechas importantes, entonces ahí nos daremos cuenta absolutamente todos que una Navidad sin diferencias no es utopía.
Muchos se empeñan en otorgarles una navidad inolvidable a “nuestros hermanos” regalando baratijas. Otros más avezados venden rifas “pro navidad del niño” y al final nunca se sabe si efectivamente el beneficio fue para los niños.
Seguro dirán que soy un aguafiestas, un resentido; es que no quepa en mi cabeza acordarse de ellos [nuestros hermanos] sólo en estas fechas ¿y los otros 364 días? ¿Porqué utilizarlos para nuestros mezquinos afanes publicitarios…?
De pronto una ola de sensibilidad y amor al prójimo nos invade, en todos lados vemos anuncios que dicen: es tiempo de paz, es tiempo de amor, es tiempo de compartir… es Navidad.
Hay de aquellos que van a ofrecer show de bailarinas con diminutos trajes, en la que estoy seguro los que más vamos a disfrutar somos los mayores. Algunos anónimamente ofrecerán chocolatada en los barrios alejados, a ellos mi homenaje y respetos, obviamente bendiciones para todas sus familias.
En medio de esta batahola, surge una pregunta: ¿qué pasaría si toda nuestra energía y recursos la juntáramos para mejorar nosotros como sociedad, como ciudadanos y como personas? No creen que podríamos de alguna u otra manera reducir la brecha social existente y no acordarnos de los que nos necesitan sólo en fechas importantes, entonces ahí nos daremos cuenta absolutamente todos que una Navidad sin diferencias no es utopía.
1 comentario:
MELVIN EL GRAN "ACONTECIMIENTO" DE LA SEMANA SANTA TAMBIEN ES EL OPIO DE ESTA COCHINA SOCIEDAD Y MUCHOS RELIGIOSOS POR NO DECIRLES- CUCUFATOS- SANTIFICAN LA MEDIOCRIDAD DE TODOS LOS AÑOS. ME PARECE QUE TUS NOTAS SE MERECEN ALGO MAS. ADELANTE CUMPA. JOSECARLITOS TU AMIGO
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