viernes, 8 de mayo de 2009

Epístola a "los" colegas.


Distinguidos coleguitas (disculpen lo igualado que sea al tratarlos así):
Permítanme pergeñar algunos párrafos, no con la intención de menoscabar sus sólidos conocimientos y acertados comentarios, sino con la sana y humilde percepción de un ciudadano común y silvestre que exige imparcialidad y serenidad en sus observaciones.
En primer lugar, entiéndanlo bien, no son dueños de la verdad, es más, creo que no existe verdad absoluta, ella depende del cristal -o pilsen... o franca- con que se mire; entonces ¡por Dios¡ no pretendan ser los líderes de opinión con falsas ínfulas.
En segundo lugar, acuérdense que solamente son los intermediarios o para ser más exactos, los presentadores de la noticia y no por mucho que ya sepan anteladamente quién es culpable de determinada situación divergente, no son jueces; por tanto háganse al favor de no emitir juicios de opinión endilgando adjetivos que descalifican moralmente a aquellos que la justicia no lo ha procesado y declarado tal. La libertad de expresión no te da derecho al libertinaje. No, de ninguna manera.
Sáquense de la cabeza la idea de que son los elegidos en medio de las tinieblas, para llevar la luz a los excluidos y desposeídos. No, nadie los ha elegido como abogado, ¡no me defiendas compadre.¡ Sé ecuánime y equilibrado en tus apreciaciones, no te irrites por gusto, nuestra capacidad de indignación ya ha testimoniado casi todo en un país donde la corrupción campea en todas las esferas y es moneda corriente; ¡tranquilo coleguita¡, tómate una valeriana y verás que al final lo único que habrás logrado será inflamar la situación y saturar tu línea telefónica con desconocidas denuncias, injurias y difamaciones, demás está decir que corres el riesgo de que algún defensor del personaje cuestionado amparándose en el anonimato de su llamada recuerde a tu sana y sagrada madre en vivo y en directo; sería muy bochornoso, ¿no crees?.
No eres el caudillo ni el mártir que necesitamos, a menos que tus apetitos sean políticos y te sueñes como próximo gobernante municipal o regional o quizá su “qatilliku” Y deja ya de repetir mas de 30 veces en una emisión la ridícula muletilla de: ‘en todo caso’ cada vez que no recuerdas del tema que estás tratando.
Así como exiges transparencia en los manejos económicos, exígete profesionalismo, se ve ordinario que en cada conferencia de prensa corras detrás de los bocaditos, por favor espera a que pasen por tu lado y te ofrezcan. Aún así aguarda a que te insistan, pon la cara de fastidio, por la desconcentración que te causó la impertinencia. Entonces proyectarás una imagen de un hombre de prensa que no se vende por unas alitas al limón… menos por un "qapchi".
Pero si elegiste esta noble profesión no te vendas por un puesto laboral o un plato de lentejas, que es casi lo mismo -para quienes no valoran el oficio-, se ve de muy mal gusto que de ser un acérrimo opositor de pronto te vean trabajando en la misma gestión a la cual cuestionabas, nadie va a creer que el cambio se debe a tus convicciones políticas o a tu natural amor al prójimo ¿no?
Ah, y por último, tampoco te autoproclames comunicador social, sábelo bien el periodismo sólo es un recurso de la comunicación social. Por tanto procura no tomarte la licencia de usar dicha nominación, pues como repito la comunicación social es amplia (así como el Derecho tiene varias especializaciones) y no lo encasilles solamente en el periodismo.
Con todo lo expresado, espero haber tocado un poquito tu sensibilidad.
Con Afecto.
MVQ

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